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¿Cómo funciona un periódico?

[Información y fotografías pertenecen al curso La Prensa , un recurso didáctico, de CNICE]
Organización del periódico

Hacer un periódico en una tarea muy compleja que requiere una organización estricta de los horarios y de los ritmos de trabajo. La distribución del trabajo de todos los profesionales de un diario varía muy poco de unos periódicos a otros, por lo que resumimos un proceso lógico de funcionamiento tomando como ejemplo el periódico El Mundo del Siglo XXI.

10:30

La jornada en la sala de redacción empieza a las diez y media de la mañana, con una reunión diaria de los equipos de dirección. Se reúnen el Director, los Subdirectores y los Redactores Jefes de todas las secciones, aunque el organigrama se ha ido complicando con las figuras de los Coordinadores, los Jefes de Producción o los Directores Adjuntos.

En esta reunión de la mañana es en la que esbozan los grandes trazos de lo que va a ser el diario que el público recibirá a la mañana siguiente. Hay una primera revisión de los temas susceptibles de tratar en profundidad.

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A primera hora de la mañana, los redactores ya están trabajando sobre las informaciones previstas el día anterior, indagando y completando datos. Algunos se dedican a cuestiones esperadas (ruedas de prensa) y otros estarán listos para reaccionar ante las novedades que salten por el teletipo de agencia.

A esta hora los diarios están en blanco, pero hay un hilo conductor de la actualidad que nunca se rompe. El producto informativo del día crece hora a hora y cada sección es comparable a un pequeño diario que debe completar unas páginas siguiendo un ritmo implacable.

Los programas de televisión y radio, la cartelera de cine y teatro, la publicidad, los anuncios por palabras, la agenda y los temas monográficos constituyen un paquete que se produce con algunas horas de antelación o, en ocasiones hasta varios días antes. Sin embargo, el devenir continuo de los acontecimientos puede requerir alguna modificación de última hora de estas secciones.

Es cierto que los periódicos funcionan con reportajes e informes que tienen cierta intemporalidad y que son avanzados por las secciones a modo de almohadillas que amortiguan la tensión del cuerpo del periódico. Estos reportajes estarán presentes con mucha más profusión en aquellos días con pocas noticias y quedan reducidos a las colaboraciones insustituibles en los días de máxima actualidad.

14:00

Sobre las dos de la tarde tiene lugar una segunda reunión. Sus integrantes son también el Director y los Jefes de las distintas secciones. Durante un breve espacio de tiempo se discuten los aspectos ideológicos y qué contenidos son relevantes para hacer un editorial.

Cada día habrá circunstancias que obliguen a la ampliación del cierre de una sección por causas de actualidadlocal informativa. Habrá que dar prioridad a los deportes para cerrar tarde los días que haya un partido de fútbol, a los de política ante un debate parlamentario que se alarga, a los de cultura el día que se falla un premio importante o a los de local el día de una catástrofe o un acto social de importancia. Por motivos de distribución el área de tiene siempre un cierre más tardío porque puede salir de la rotativa con posterioridad.

19:00

El ciclo de trabajo colectivo se inaugura con la reunión de la mañana y se cierra al atardecer con la reunión de Portada. De nuevo los jefes debaten, sobre todo, cómo será la fisonomía del diario del día siguiente. Se deciden qué noticias van a ir en primera página. El diseño de la portada se decide también en esta reunión. Sin embargo, con el paso de las horas puede sufrir cambios provocados por algún acontecimiento de mucha relevancia.

A la misma hora que la vida ciudadana declina con el fin de la jornada laboral, la Redacción está trabajando a pleno rendimiento. Los teléfonos suenan sin parar, el sonido de las teclas del ordenador es implacable, y el incesante ir y venir de los trabajadores caracteriza estas horas frenéticas.

El Redactor Jefe tiene frente a él las maquetas de todas sus páginas. Estas maquetas deben incluir también el espacio asignado a la publicidad al inicio de esa jornada. La maqueta es una hoja de papel en blanco, de tamaño similar al del periódico. En ella aparecen unas líneas verticales que la dividen en columnas. Hay que decir que cada periódico trabaja con un número de columnas por página: ya sean cinco, seis, ocho, etc, según sea su diseño.

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Los jefes de sección empiezan a meter prisas a sus redactores para que terminen sus informaciones. A medida que disponen del material: fotografías, dibujos, mapas, gráficos, el texto corregido, etcétera, lo van entregando. Los jefes de las secciones también supervisan los titulares de las noticias redactados por los periodistas. Los titulares deben ser llamativos, porque su principal objetivo es captar de inmediato la atención del lector.

22:00

Alrededor de las diez de la noche es la hora de cierre de la edición principal del diario, la edición nacional. Los jefes de las secciones son los responsables de que las páginas que controlan estén acabadas a la hora máxima de cierre. El jefe de coordinación o de mesa, antes del cierre, se dedica a recordar a los jefes más tardíos que hay determinadas páginas que faltan por entregar. Una vez que todo está entregado, se envían las hojas a talleres. Ya se puede ir imprimiendo el periódico.

En muchos periódicos hay una sección de cierre que entra en acción cuando la redacción de día ha terminado su jornada. Son los encargados de completar los espacios reservados a los actos de última hora que se incluirán en la segunda edición del periódico. Ellos se mantienen en guardia por si surge alguna noticia de importancia durante la noche y la madrugada.

 

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La segunda edición recoge los cambios oportunos que pueda haber y es la edición de local, por ejemplo, la de Madrid o Cataluña. No es exactamente igual a la primera edición.
Aparte del cuadernillo que engloba la información local propia (se puede hablar de un periódico en pequeño) siempre se introducen cambios de última hora. Los redactores de cierre se responsabilizan de plasmar estos cambios en el último minuto.

Las redacciones no se rigen por horarios equivalentes a los de oficina, pero sí que se trata de horarios más o menos regulares según las secciones y tareas. El momento de más tensión en las redacciones es el de la tarde. Por la mañana se han hecho gestiones y averiguaciones o se ha acudido a algún acto. Por la tarde es hora de redactar. La sala queda casi vacía hacia las doce de la noche. Todo ello si la actualidad lo permite. Las noticias de última hora modifican, por supuesto, este horario y por lo regular alargan las jornadas de los periodistas.

 

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